Por favor, la próxima vez, adviértanos de que las imágenes que nos van a mostrar pueden herir nuestra sensibilidad. Sí, me refiero a las de Naoko, la compañera de Dragó, espatarrada y con una toalla de baño que apenas cubría su desnudez, dando a luz con el escritor a su vera aferrado a un móvil. Pufff, heavy metal. La maternidad es muy bonita y un bebé pringoso de sangre y mucosidad puede derretirnos pese a su llantina desesperada de qué hago yo aquí... Sí, pero esto, por favor, esto no era necesario.
Me siento incapaz de estropear mi sofistirretocado blog con esas fotos (para los que no merendaron, este es el link Las fotitos de Dragó...) Pero sí voy a recordar sus palabras sobre la paternidad: “No tengo vocación de abuelo. No me gustan los niños. Me pongo tapones en los oídos cuando alguno anda por los alrededores...". Qué generoso ha sido entonces al prestarle su esperma a Naoko, no tanto al regalarnos las fotos del momento. Pero es que el hombre está contento... Le ha puesto al nene Akela,“como el lobo jefe de la manada de Seoonee que acogió a Mowgli". Qué gracioso el menda. Imaginamos que para cenar, pasaron a la parrilla la placenta o la enrollaron con algas wakame sobre una cama de arroz. Seguro que Bimba Bosé se apunta al festín. Son tan naturales todos ellos.
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