lunes, 8 de octubre de 2012

¿Y qué dirá Isis...?

Pasó a primera plana porque en la manifestación puso en práctica una elemental manera de llamar la atención: quitarse el jersey y atarse el sujetador a la cintura. A quién le importaba el acecho de los antidisturbios o el lema de las pancartas cuando una joven muestra su esculpido busto en medio de la masa, alza los brazos, junta las manos y cierra los ojos mientras a otros se les salen de las órbitas. Todos los fotógrafos se agolparon para llevarse la imagen más lúdica de la polémica... y ella se ganó el título de musa, diva, diosa del 25-S como activista-nudista que es. Mejor eso que acabar en el calabozo.

Ella nos lo cuenta con sus propias palabras: "Me acerqué al cordón policial y me arrodillé ante ellos. Cerré los ojos rezando a Isis –siempre llevo un colgante de esta diosa egipcia– y me concentré levantando mis manos. Cuando abrí los ojos, estaba rodeada de cámaras. Vi a un policía que llamaba a otro. No supe si era para detenerme o porque se quedó perplejo". 

Ay, alma cándida, así son ellos: más que dos carretas. 

"Paz para todos, hermanos, no temáis; acercaros y haced fotos..."
 Hoy me desayuno con la portada de Interviú. La deidad morena, efectivamente, aunque madrileña, ha salido de San Francisco (como la canción de Scott McKenzie... with flowers in her hair), tiene nombre, es modelo, actriz y directora de cine. Y estrena una peli en breve. Para celebrarlo y vender más mensajes de paz, además de su creación, se los escriben encima del cuerpo. Desnudo, por supuesto. Otra forma de hacer la revolución. Tomemos notas: para ser famoso ya no hace falta tener un lío con Paquirrín ni trabajar de chófer para un alcalde corrupto. 

Ahora esperamos que Interviú aproveche el tirón y exhiba después de la tal Jill Love a algún antidisturbios ataviado exclusivamente con el casco y la porra. Eso sí, que sea de los mamporreros de la manifa, que si no, no tiene gracia.

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