Volví a caer. Confieso. Después de conocerles, quería más.
Quién quiere casarse con mi hijo es el único programa que me
mantiene en el sofá hasta medianoche en una postura casi correcta gracias a las
carcajadas que de vez en cuando me sorprenden.
Si no lo veo no lo creo. Intento cerrar mi boca. Nunca vi un espectáculo tan particular, un grupo de tías desatadas detrás de su
correspondiente maromo, a ver quién se lo liga, como si les fuera la vida en
ello. Y ellas, ellos y sus madres no tienen desperdicio. Algunas candidatas
salen al combate en biquini, en minifalda, con tacones imposibles por las
calles adoquinadas del pueblo, como si fueran la estrella de un cabaret
ambulante. Y los chorbos, codiciados, deseados y tatuados, se relamen ante la lucha y no pierden la ocasión de agarrar una
nalga, dar un morreo o hacer un masaje.
Todo siempre bajo la supervisión de la madre, que
tiene sus fobias más que afiladas y mete el dedo en el ojo cuando puede.Y ahí está la secretaria de dirección con idiomas y aires de
formal detrás de un musculado escupefuegos que lo que quiere es sumergirse en
la piscina para pellizcar muslos. O una vasca de lo más borde que sueña con
enganchar al tipo más chuleta de Almansa, el del Mercedes blanco descapotable
que aparca ante la disco para hacer botellón. El gay tiene a sus aspirantes al rojo -"ha habido un momento Pimpinela", comenta el pretendido-, y estos
a escondidas se pisan con saña cuando la encantadora mamá gallega se da la
vuelta -"estoy superfatal", se deshace el santero cubano por no robar ningún beso en el WC del bareto-. La china es la más simpática y tierna, pero el niñato pijo prefiere una desinhibida y con implantes, aunque le dé al ej que sin cesar o solo condense sus emociones
en un sucinto Ke fuerte.
Son tremendos, todos. Pero qué bien nos lo pasamos. "Le vi la lengua a tres metros, en plan culebra". "Yo la verdad es que de caballero tengo muy poco"...
Y al apagar la tele, me acuesto obnubilada... esa gente ¡existe de verdad!
Y al apagar la tele, me acuesto obnubilada... esa gente ¡existe de verdad!
pues claro que existen....yo también soy una enganchada!!!
ResponderEliminarSilvia