jueves, 4 de octubre de 2012

La tele y la ciencia-ficción

 Que alguien me lo explique. Alguno de esos 33 espectadores de cada 100 que se congregan ante el televisor ante un bodrio que se llama La Voz. Quién puede soportar noche tras noche un formato tan aburrido, tan repetitivo, con tan poca gracia, con un Bisbal insufrible, una Rosario que va en bragas, una Malú alelada y un Melendi sabelotodo que se plancha el pelo. Dicen siempre lo mismo los familiares que animan, los que cantan por su oportunidad, los que juzgan a golpe de pulsador, “venga, bonita, ánimo…”; “vente conmigo, no, conmigo...”. Lloran igual, se abrazan con la misma cantinela… Visto un programa, y no me alcanza la paciencia a tanto, vistos todos. 



Esto será más difícil aún de explicar: Que no. Que un jefe o un compañero te meta mano, te haga proposiciones cochinas o te dé besitos en vez de un correcto buenos días cada mañana no es acoso sexual. No, qué va. Para un juez de la Audiencia Provincial de Madrid, otro cachondo mental, son en todo caso abusos, una formalidad jurídica que provoca que el farmacéutico que vivió persiguiendo a dos de sus empleadas sin descanso del mostrador a la trastienda se libre de la condena y se vaya de rositas a dispensar más ibuprofeno. Y que le quiten lo bailao, que sale de los juzgados habiéndose puesto las botas con dos subordinadas hasta el moño de soportar su desvarío y con la palmadita de un magistrado: ¡machote!

Solo faltaba que el sheriff de Coslada se reincorporara a la Policía... Pues ahí le tienes. Menudo país de tarados.

1 comentario:

  1. en este no estoy de acuerdo....a mi me gusta...ese momento en que no sabes si van a pulsar o no ....engancha... a ver si ya empiezan con ensayos y se cambian de ropa, que ya 3 semanas con la misma ropa huele un poco.

    Silvi

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