La crisis es lo que tiene. Uno mira al de al lado; por
ejemplo, al vecino. ¿Será por eso que María José Campanario, atraída por la dentadura de los
portugueses que muestran en las manifas de los telediarios, se ha ido para allá? Hacía tiempo que no sabíamos de sus
inquietudes profesionales. Se libró del talego, pero la condena sin cárcel no
le ha hecho desistir de su obsesivo interés por la odontología. Se matriculó
una vez, la echaron por el estigma de la condena; lo
volvió a intentar previo pago en otra universidad; esta vez su marido le
enseñó el punto de cruz del recibidor, Home sweet home o a la pata quebrá… y vuelta a casa. Un sinvivir. Pues
Marijose, erre que erre, esta vez pone rumbo a Oporto, se apunta a clases
intensivas de portugués y a soñar, que si uno quiere poner brakets en los piños
con título y orla no vamos a ser nosotros quienes le fastidiemos el afán. Pero sin trapicheos, ¿eh?
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Si no se me da bien la ortodoncia, me pongo más silicona. |
Permítanme que no me lea la entrevista a Mónica Hoyos, o era
Marta o Carla… Una ex azafata de El precio justo que se emparejó y tuvo una
hija con Carlos Lozano -o era Tizano?-, otro presentador caído en el olvido o
en alguna cadena de algún pueblo de la geografía española, esa que se nos
deshilacha desde Cataluña, o en una OT de Perú. La una, reconvertida a diseñadora de bolsos, se
apunta a la venganza a lo Tarrés ocho años después en la portada, sí, portada
de la revista Love: “Para algunos el amor es estar contigo y cinco más”. ¿El ‘alguno’
se sentirá aludido? No les engañaba… ¡qué paupérrimo el cuché!
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Qué tiempos, parecíamos de Falcon Crest... |
El Hola apuesta por los clásicos y la alta alcurnia. La
duquesa de Alba y su amado Alfonso, cómo no, tras un año de casados, tenían que
celebrarlo en el semanario. La edición se ha enturbiado con el rumor de que
Cayetana anda pachucha, pero no alarmarse, que diría la Flores, esta grande de
España sigue agarrándose a la vida con tanta gana como se engancha al brazo de
su hombre. Con lo que le costó pillarlo...
Kilo Rivera pega un susto en Twitter, como hiciera el pizpireto Dragó, y creemos que ya ha
dado a luz la Jessi, tal vez en la cocina entre pucheros, pero no. Su original y pública manera de dar apoyo a Isabel Pantoja, otra en el banquillo igual que la Campa, es publicar en la red social una
foto del parto de mamá de sí mismo, pero sin que salgan los bajos.
Este chico tiene menos pudor que la tal
Emma Riverola, con la que me atraganto cada sábado mientras desayuno delante
del Yo Dona. No se puede ser más cursi y petulante en 150 palabras, querida,
todas retorcidas entre lacitos rosas de impostada literatura y rociadas de
ambientador barato. De verdad, tengo que escribir una novela ya. Si Riverola,
María Zabay y Leticia Sabater pueden, yo también.
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